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apoyo a la maternidad y paternidad
criar y educar a un hijo
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Tener hijos y criarlos es, seguramente, la actividad humana que más satisfacciones puede producir a la mayoría de las personas.
Al mismo tiempo, es una de las que más problemas genera, por la dificultad para llevarla a cabo correctamente.
Desde que un hijo hace su entrada en una familia, se abren una serie de interrogantes que van a ir cambiando a lo largo de los años, pero nunca van a acabar:
¿Siempre hay que coger en brazos al niño cuando llora?
¿Si tiene fiebre hay que abrigarlo o lo contrario?
¿Es muestra de egoísmo llevarle a su dormitorio en lugar de al de los padres?
¿Cuando decirle como ha sido su nacimiento o como llego a la familia?
¿Cuándo informarle de que sus padres se separan?¿es un poco tímido o lo es demasiado?
¿Tiene mala suerte y le tocan siempre profesores antipáticos?
¿Y la playstation?
¿Cuántas horas de clases extraescolares?
¿Es conveniente levantarle los limites que le hemos impuesto y fiarnos de su palabra?
¿Debemos confiar en el/ella cuando son adolescentes y ya no quieren que se les dirija y se sienten controlados?
¿Qué hacer?
Las respuestas a esa infinidad de situaciones que se van presentando suelen ser complicadas; además, cuando no son correctas, complican las siguientes, pudiéndose llegar a perder el control, ese “ya no sé qué hacer con este chico” tan frecuente. Sin embargo, muy pocas son las personas que se preparan adecuadamente para ello. Parece como si se diera por supuesto que la condición legal de ser padres acarreara automáticamente la capacitación necesaria. En muchos casos, se busca la ayuda de familiares o amigos, también autodidactas, que suelen dar consejos contradictorios, y confusos en ocasiones. Hay razonamientos muy generales que si que no ayuda a resolver situaciones concretas, pero cada hijo en un mundo y hay que observar la individualidad para tener la respuesta más adecuada.
Pocos son los padres que toman conciencia de sus carencias en este sentido y de la necesidad de reflexionar y prepararse para subsanarlas. La reacción más frecuente se suele apoyar en dos pilares: por un lado, procurar no salirse de la media, haciendo que el hijo tenga una ración de televisión parecida a la de sus compañeros de colegio o se retire a casa a la misma hora que los demás; por otro lado, desviando inconscientemente la responsabilidad hacia los aspectos materiales de la cuestión, lo que se suele expresar con “a mi hijo que no le falte de nada, aunque me lo tenga que quitar yo de comer” (por ejemplo, poner un profesor particular al hijo, en lugar de hacerle un seguimiento de lo que hace en el colegio, hablar con sus profesores o controlar el necesario estudio diario).
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RESUMIENDO
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Criar y educar a un hijo es una tarea compleja y difícil, aunque muy gratificante cuando se van viendo los resultados.
Casi todos los padres querrían hacerlo de la mejor forma posible, pues “darían su vida por los hijos”.
Esa voluntad no acostumbra a tener el debido reflejo en la realidad, pues no suelen ser necesarios actos heroicos para cumplir esa tarea. Sí son necesarios: reflexión, tiempo de dedicación y preparación.
Cuando la preparación no es la adecuada o cuando hay problemas específicos, conviene buscar ayuda externa de especialistas; de igual forma que se busca, por ejemplo, cuando el hijo tiene un esguince. |
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